Microentrada actual

Año R.I.P. de páginas webs
10/04/2024

El 2024 está siendo un año negro en cuanto a páginas webs.

En solo el primer trimestre del año ya he perdido la cuenta de la cantidad de páginas útiles que han sido borradas por el motivo que sea.


Más microentradas

Microentradas antiguas

jueves, 24 de mayo de 2018

Castlevania: Mirror of Fate (3DS)

Yo soy una fan consumada de Castlevania de portátiles (son los únicos que he podido jugar, no os lancéis al cuello) desde que lo descubrí con Castlevania: Portrait of Ruins para DS hace años. Así que cuando vi el juego para 3DS, fue a por él... en cuanto bajó un poco de precio, por 20 euros (ahora ya lo he visto por 7€ un par de veces). El Mirror of Fate se trata de un juego muy criticado en su momento, tanto por su mecánica como por su historia. Yo a pesar de todo decidí ir a por él. Y, sorpresa, ya que mis 2 principales peros no son ninguna de esas cosas.


El juego nos presenta una historia dividida en 3 partes, cada una de ellas centrándose en un personaje, y con varias partes como cinemáticas. Las tres historias están interconectadas, solapando en varias ocasiones, lo que evita esa sensación de que se están jugando tres historias diferentes ajenas entre sí. Además, hay una suerte de 4ª historia, la que narran los pergaminos de los cruzados muertos, que sirven tanto como ayuda y pista para los jugadores, como para completar varios eventos, o explicarlos mejor desde otra perspectiva. La última historia yo la sentí como la conclusión, el por qué de todo, cerrando de forma muy buena muchos cabos sueltos. Algo que algunos os preguntéis: siendo este juego la 2ª parte de una triología, cuyos otros dos juegos no salieron en la plataforma, ¿se siente mucho que es una historia a medias? Respuesta: no. Si bien puede continuar tanto por delante como por detrás (como, bien pensado, cualquier otro juego de la saga), y si bien hay cosas que mejor se entienden si se han jugado los tres juegos, se puede jugar perfectamente en solitario y se entiende perfectamente.



En mecánica, es un hack and Slash puro y duro. Sí, hay niveles, pero visto a cómo se consigue la experiencia, o te pegas el grandísimo aburrimiento, o es imposible superar por mucho el nivel que tiene pensado el juego que tengas en cada zona. Y yo creo que ni pegándote el grandísimo aburrimiento se puede. Eso se combina con varias partes de puzzles, que no serán la cumbre, pero son muy bienvenidos, ya que evitan la monotonía al alternar entre ambas mecánicas.

Ahora, viene uno de los principales problemas: la dificultad. El juego se basa en autoguardados, que terminan tocando más las pelotas que las cabezas de medusa, que ya es decir. Básicamente, porque se activan cada vez que cambias de localización, haces algún ajuste en el menú, y algunas otras situaciones más. Eso no sería importante si no hubiera malditos puntos de control en medio de los combates de los jefes. Menos el último jefe, que creo que solo tiene 1, todos los demás tienen como 3 o 4. ¿Qué quiere decir eso? Que su dificultad cae en picado. Jefes como Lord Resucitado, Súcubo, e incluso el Vigilante Nocturno, podrían haber dado una batalla épica si no fuera por los puntos de control. Sí, sin los autoguardados intermedios es muy posible que en vez de 20 minutos me tirara 4 días con ellos, como me pasó con el Barbacle, en Order of Ecclesia, pero yo la verdad es que lo prefiero. De todas formas, estos puntos de control no solo arruinan los combates, sino algunas situaciones como la bajada del campanario... con la campana de bronce de 4 toneladas detrás tuya.

Me gustó este jefe. Uno de los que más me costaron. Su combate tenía truco.

Vale, ¿y cuál es el otro gran problema que he detectado? Que se tira la vida en cargar una sala adyacente. Las pantallas de carga, esas cosas infumables que te hacen perder el tiempo y que siempre te terminas preguntando si no habría ninguna forma de acortarlas. No es que este sea el primer juego en introducirme al tedioso mundo de las pantallas de carga, antes que este ya jugué al Portal y Portal 2, y sus pantallas de carga entre salas son de bastantes segundos, sobre todo la 2ª entrega. Lo que yo no veo normal es que un juego de portátil tenga el mismo tiempo de carga que un juego de sobremesa (no exagero, el tiempo igualaba a las de Portal), y más cuándo solo tiene que cargar una zona sin enemigos que está dividida en 3 salas continuas. Y con una pantalla de carga de lo más sosa: fondo negro, y en una esquinita un parpadeante "cargando".

Los gráficos son realmente impresionantes, una maravilla, y realmente es una pena que estén solo como un decorado. Se hecha mucho en falta el poder explorar el ambiente, interacionar más con los elementos. La música se basa en unas cuantas melodías que se van reciclando a lo largo de las diferentes salas y situaciones. Es funcional y mientras juegas le da el toque, pero me temo que no hay nada memorable. Solo recuerdo la música contra enemigos aleatorios, y más que nada porque quedé bastante harta de la misma.



En resumen:

Pros:
  • Los gráficos.
  • La mecánica.
  • La forma de presentar la historia en mosaico.
Contras:
  • Los autoguardados en medio de los combates de los jefes y similares.
  • La baja dificultad.
  • Tarda mucho en cargar una sala.
Mirror of Fate no será el mejor juego de la saga Castlevania, pero la verdad es que vale para pasarte unas cuántas horas enganchado a la pantalla, con unos gráficos preciosos, una historia bien hilada y bien complementada con los pergaminos, una mecánica que a mí me gustó (no descarto que porque no esté acostumbrada a ella, luego poco tengo con qué comparar). Y más ahora que lo estoy viendo por poco menos de 7 míseros euros. ¿Los peros? La dificultad baja, y sobre todo las pantallas de carga, que para mí es lo que realmente matan el juego.

Uno de mis jefes favoritos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario