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Año R.I.P. de páginas webs
10/04/2024

El 2024 está siendo un año negro en cuanto a páginas webs.

En solo el primer trimestre del año ya he perdido la cuenta de la cantidad de páginas útiles que han sido borradas por el motivo que sea.


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miércoles, 31 de agosto de 2016

Juego Flash del mes: That Pokeyman Thing Your Grandkids Are Into (PC)

Este juego, cuyo título presenta tal longitud que se rumorea que el autor se jugaba unos 50 pavos en el mismo, y que vendría a ser algo así como "Esa cosa de los Pokeyman en la que están metidos tus nietos" es, como ya habréis supuesto, algún tipo de fangame o parodia de Pokémon. Y habréis acertado. En particular, está basado en el recientemente sacado Pokémon GO, con el que se han corrido ya tantísimos bites de tinta virtual, como litros de tinta real. Y, como supondréis por el título, el juego va de un abuelo que, como todos los abuelos, no entiende como a su nieto pueden hacerle gracia esos bicharracos de diseño simplón y, en muchos casos, feo.


La historia comienza de esta forma: el abuelo quiere que el nieto se quede con él un rato en la residecia, en parte porque como se le escape su hija lo cuelga. El chaval ha detectado que hay bichos (Pokeymans) interesantes cerca, por lo que no va a quedarse en ese asilo de viejos. Y el anciano sin tener ni puta idea de por qué tantísima movida con el jueguecito de marras. 

Punto de inicio:
el hermano de Rojo intentando explicarle a su abuelo de que va eso de los Pokeymans.

Como os imagináis, el descastado del nieto se termina largando. Sin embargo, en vez de largarse sin más y dejar a su abuelo con el marrón, decide primero intentar convencerlo para que vaya con él a atrapar criaturitas virtuales, dándole incluso un móvil sobrante que tenía por ahí con la aplicación instalada. Como ve que no, ahora sí que se larga. Así que el abuelo tiene que ir tras él. ¿El problema? Que prácticamente todo el mundo está enfrascada en el jueguecito de marras, por lo que, para lograr que ciertos personajes nos dejen avanzar, tendremos que localizar la posición de cierto Pokeyman que están buscando como locos... o, simplemente, demostrar que no somos unos entrenadores "casuales".

movil at me?"
Mis disculpas, pero la mayoría de las conversaciones están divididas de esta forma

La pantalla está dividida en 2: la mayor parte corresponde al terreno por el que nos movemos, mientras que un fragmento a la derecha se corresponde con el móvil. Nos moveremos con las flechitas, e interaccionaremos con las personas con la barra espaciadora. Para capturar los Pokeymans, habrá que mirar la pantalla del móvil: cuándo pasemos cerca de un Pokeyman, su posición quedará marcada con un cuadrado color turquesa. Al colocarse sobre el cuadrado, aparecerá el Pokeyman en cuestión, y podremos atraparle pinchando con el ratón sobre el botón "Catch".


La dificultad de este título es baja. Simplemente, hay que patearse todo el mapeado hasta dar con los Pokeyman que están escondidos y que requiere la gente. Cuando cumplamos el requisito de ese tío que nos bloqueaba el paso, hablar con él y listo. Su fuerte no está en la jugabilidad, sino en los diálogos, muchas veces impregnados de humor ácido, y lo que nos plantea.

Reconócelo, tú también lo has pensado 
al aparecerte cualquier Pokémon pez en el Pokémon GO.

Este juego se burla de varias cosas. Del propio juego, obviamente, con su jugabilidad simplona, la colocación de los Pokémon en ciertos sitios bastante cuestionables, o los diseños estúpidos de muchos Pokémon de la primera generación (antes de que nadie diga nada, que piense en Voltrob, Electrode, Dugtrio, Magneton, Ditto, Grimer, Muk, Mr Mime, Exeggute o Executtor, y luego hablamos), así como de la gente que se vicia con él. Así, tenemos a unos chavales que se pierden el un bosque y tras un tiempo deciden vivir a su modo... hasta que se les terminan las baterías. O los que se meten en cualquier lado por un bicho nuevo y/o raro. Los que solo saben hablar de eso, hasta el punto de casi estar tentado de pedirles que se miren la cabeza.

Niiiiiiññooooosssssss, dejad de pisarle las flores a la abuela coññññooo
(Aunque bien pensado eso pasaba también antes del juego).

Sin embargo, no solo plantea críticas al juego, sino que también señala varias bondades del mismo: el hecho de que el abuelo por fin decida salir de la residencia a darse una vuelta, o el hacer que el mismo tenga que interaccionar con gente de muy diverso calibre, desde auténticos imbéciles hasta gente que le da indicaciones, de forma completamente altruista, de dónde ha encontrado un buen Pokeyman, para que nuestro anciano pueda ir a capturarlo directamente y no tenga que dar varias vueltas. Al final, pros y contras terminan relativamente equilibrados, y ya le corresponde a cada uno sacar sus propias conclusiones.


En gráficos, correspondiente al mundo dónde se mueve el abuelo, contamos con un estilo muy cuidado basado en el de los juegos de Pokémon de GBA pero más detallita, muy agradable a la vista; mapeado que en el móvil aparece en croquis y como píxeles gordos en distintos tonos de azul, que cambia a un estilo más "dibujo" en cuándo a la otra de atrapar Pokeymans se refiere. En sonido hay distintas melodías, una para cada zona que, si bien son muy genéricas y no las podría clasificar como "malas", siendo honestos yo quedé harta de un par de ellas bastante antes incluso de abandonar esa zona del mapa.


TPTYGAI es un juego muy particular que, si bien si bien es cierto que es una parodia de una gran saga, y que se trata de una puesta en pantalla de prácticamente todo lo relativo al Pokémon GO; lo cierto es que brilla con luz propia, y sus diferentes elementos conforman un juego que realmente se siente muy fresco y que, además, es bastante entretenido. Yo en particular insto a todo el mundo (que por lo menos sepa algo de inglés, eso sí) a que le de una oportunidad.




Creo que los vecinos agradecerán que ahora no les dejes los muros decorados 
cada vez que les visitas.


jueves, 18 de agosto de 2016

ODIO esos puzzles

Riddle School 5. La verdad es que los 4 anteriores han ido in cresscendo en cuestión de calidad. Diálogos, humor, sonido... Y este no pinta mal. Por lo pronto, han vuelto a mejorar los gráficos (¿que no son importantes? ¿Que no son importantes? Juega al primer Riddle School y hablamos). Y la cosa promete, después de ver como finalizaba el RS4. Comencemos con este.


Bueno, ya he logrado salir de mi celda. El ambiente ha cambiado mucho respecto a las anteriores entregas. Antes de empezar a visitar otras salas, veamos con qué puedo interaccionar aquí, que no hay nada más molesto que tener que repatearse todas las salas 20 veces buscando eso que se te ha olvidado curiosear. Y porque los diálogos lo merecen, siempre tienen algún chascarillo que te saca una sonrisa.

Mmm, ese panel cuadrado rojo de ahí parece prometedor. A ver...


Vale. Tengo que meter el código 4701 en esa pantallita. Me pregunto si el código servirá para algún sitio más. Bueno, comencemos...

miércoles, 10 de agosto de 2016

De cámaras, móviles, drones y fotografías.

Desde hace un tiempo quiero comprarme un dron, uno de esos pequeñitos, pequeñitos tan monos, en los cuales prácticamente lo único que ocupa es un mando que hace como 6 veces el tamaño del aparatito. Pero no solo quiero una maquinita aérea teledirigida, sino que la quiero con cámara. Ya sabéis, para poder ver los sitios a vista de pájaro, y poder sacar fotos desde mejores ángulos. O desde ángulos nuevos. Una pena que, por temas legales, los drones no puedan volarse dentro de pueblos, ciudades, urbanizaciones, y ciertos espacios públicos, y no pueda tomar mi mejor foto de esa iglesia gótica o ese monumento del siglo XII.

Una cosita de este estilo, sí.

A ver, la legislación tiene lógica: pocas barreras hay desde el aire, por lo que es muy fácil grabar sistemas de seguridad, o seguir a personas, como el que no quiere la cosa... o como el que sí quiere la cosa, porque detectar a una pulga de la mitad del tamaño que un gorrión en medio del aire solo puede ser equivalente a la tediosa caza del pixel de algunos juegos tipo buscaobjetos o point-and-click, sobre todo si se va distraído. Y ya no digamos si no está en medio del cielo raso, sino que detrás tiene un edificio, un árbol o cualquier otro objeto de colores no planos dónde ese robotito pueda pasar más desapercibido.

Aunque siempre están los que suspendieron la asignatura de camuflaje, 
aka cualquier bicho de más de 20 cm y/o con colores chillones.

Sin embargo, hay algo en dicha legislación que me hizo pensar: vale que no se permitan drones en espacios públicos en aras de la seguridad y de la privacidad ciudadana; ahora bien, tú vas con tu móvil y aquí no pasa nada, ¿verdad? Cualquiera puede coger su móvil de última generación (o de hace 5 generaciones, porque al ritmo que se renuevan sin añadir nada salvo media pulgada más a la pantalla con la que poder reventar mejor nuestros bolsillos, también nos valen para este caso), cualquiera puede salir a la calle con la carga completa, y comenzar a grabar a todo y a todos los que se crucen en su camino, durante varias horas seguidas hasta que se funda la batería. Sí, horas, no me vengáis ahora conque se funde antes la batería: yo me he tirado varias tardes aburridas casi completas jugando al móvil, entre picada con ese nivel imposible de Dash Till Puff 1 o 2, intentando batir mi marca en The Survival!, o ahora también algo viciadilla con el Pokémon GO (y mira si este último me consume batería), y aguantar, el cacharro aguanta todo el día. Yo me digáis que un vídeo consume mucha más batería. Y si no, para algo se inventaros las baterías externas.


Pero ahí no hay problema. Uno puede salir a la calle, grabar/hacer con el móvil una foto de cualquier transeunte que pase por su lado, y luego subirla a internet sin ningún tipo de contratiempo. Y tú sin saber que el careto de uno está por la red (con todo lo que eso pudiera conllevar). Y ya si tienes suerte, la preciosa jeta de uno aparece como elemento principal: porque te has caído y ha dado la casualidad de que tenía la cámara encendida, porque le ha hecho a alguien gracia el cómo ibas y "para mi vídeo/sitio web", etc. Y es algo muy difícil de detectar, básicamente porque de todas las personas que te encuentras, la mitad van con la vista en el cacharrito: que si al guasap, que si a internet, que si al jueguecito de móvil de turno, que si al Pokémon GO, que si sacando la foto a algo o a alguien que te pareció gracioso, para compartirlo en las redes sociales y obtener likes en retribución.


Pero, eh, un dron es AÉREO, luego es más peligroso, ¿no? Como ya se ha dicho antes, en el aire no hay barreras. Y bueno, será aéreo... pero existen varias formas de echarlo abajo (desde pedradas hasta una cuerda con la que se enreden sus hélices), además que no creo que se puedan comparar mucho los entre 10 y 20 minutejos de autonomía (de media) que tiene el microbicho, con las más de 6 horas de un móvil, con el cual puedes meterte hasta la cocina de cualquier sitio que nadie te dice nada, porque como se dedicasen a parar a todos los que van con un móvil encendido entre las manos, me compadezco de los pobres a los que les tocase semejante trabajo hercúleo. No solo por la ingente cantidad de gente a la que tendrían que parar y revisar el aparato, sino por los energúmenos cargados de derechos pero sin un solo ápice de deberes, o de empatía por el prójimo que está ahí partiéndose la espalda por proporcionar un servicio, y se ponen como furias al momento en que alguien contraviene con sus apetencias, no importa que estuvieran jodiendo a 20 personas por estar ellos comoditos.

"Los niños no obtendrán créditos de participación a menos que su móvil esté en su sitio al inicio de la clase."
Y seguro que el profesor o profesora habrá tenido broncas con niños enrabietados. Y con sus padres, no los olvidemos.

De todas formas, no todos los drones aéreos buscan inmortalizar el paisaje con su cámara. Muchas veces lo usan para no chocarse con nada. Porque mucho GPS, mucho GPS, pero cosas como vallas temporales, pivotes y hasta viandantes no son cosas que suelan aparecer en el mapeado del GPS. Si no que hablen todos aquellos que, con el coche, han terminado frente a escaleras guapas, guapas, en medio de calles cortadas o directamente en plena obra, todo por obra y gracia de seguir a pies juntillas las indicaciones del GPS. Las cámaras les permiten a los drones evitar los peligros más inmediatos. Y es ese tipo de drones los que buscan ciertas empresas pequeñas o no tan pequeñas para hacer algunos de sus servicios. Una pastelería china empleaba drones para repartir sus dulces a las casas de los clientes más cercanos hasta que fue demandada por el empleo de cámaras aéreas y tuvo que retirarlos en su momento. Una empresa estadounidense intentó emplear drones para repartir el periódico a sus clientes. E incluso Amazon estaba mirando las posibilidades de emplearlos en el reparto de artículos pequeños y más livianos (aquí un resumen de los diferentes usos de estos bichillos aéreos). Lo cual, dicho sea de paso, yo no lo veo en absoluto, aunque solo sea porque en ese caso estaríamos todos en la calle con un tirachinas en la mano para derribar al primer Amazon-dron que asomase y así obtener su carga.

Mío, mío, mío, mío, mío, mío, mío, mío, mío...

Honestamente, me parece un tanto irónico que la legislación en todo el mundo sea tan estricta respecto al uso de drones con cámara en lugares públicos, y sin embargo vas con un móvil, y no pasa nada. Se descubre un dron no autorizado sobrevolando una zona urbana, y la policía saca redes, escopetas, drones armados con redes y hasta águilas para echarlo abajo. Hay un tío con el móvil encendido en una zona dónde no se permiten móviles, y muchas veces el segurata de turno va rezando que no se le ponga cazurro cuándo le da el toque de atención. Dejando de lado el uso ilícito con conciencia que se le pueda dar a los mismos (lo cual también sucede con móviles y ordenadores ¿o tengo que recordar las películas y juegos que nos descargamos de estrangis cada vez que se nos antoja?), la gente los mira con mucho recelo ya que se ponen los drones como una amenaza para la seguridad y la privacidad; ahora bien, una persona armada con un móvil, sacando fotos y vídeos a diestro y siniestro, y luego subiéndolo todo a internet de forma descontrolada lo vemos completamente normal. Esto es algo que me parece muy irónico, cuándo menos.

¡Me lo llevo!